El Modelo Rebus
La Comprensión De Los Efectos De Los Psicodélicos En La Mente
Traducido por Mario Suarez, editado por Laura Perez Duque
“Puede que la psilocibina funcione al menos igual de bien, esa es mi predicción”, dice Carhart-Harris. “¿pero imaginar que la psilocibina es más efectiva? Eso es realmente bastante…” su voz se desvanece. “eso sería algo”. – Carhart-Harris sobre un estudio comparativo de la psilocibina y un antidepresivo.
Nuestra comprensión de la neurobiología del cerebro ha evolucionado rápidamente desde el desarrollo de técnicas de imagen como la TEP, la MEG y, quizá de forma más destacable, la RMNf. A partir de los descubrimientos y las ideas que han generado estas técnicas, la concepción del cerebro como una máquina de interpretación ha cambiado gradualmente a una visión en la que se ve más como una máquina de predicción. El marco teórico para esto se denomina codificación predictiva.1 La codificación predictiva es uno de los principales paradigmas con los que se entiende y estudia actualmente el cerebro, ya que es capaz de explicar muchas curiosidades perceptivas3 y aspectos de la experiencia y el comportamiento.
Otro tema candente dentro de la neurobiología, especialmente en relación con la psicoterapia y la psiquiatría, es la segunda oleada de investigación psicodélica, también conocida como el Renacimiento Psicodélico.4 Con una base científica cada vez mayor y el estatus de “terapia innovadora” de la FDA ya designado a modelos de tratamiento específicos en Estados Unidos, puede ser sólo cuestión de tiempo antes de que la terapia psicodélica se incorpore al conjunto de herramientas de los psicoterapeutas. Sin embargo, hasta hace poco nadie se aventuraba a integrar la codificación predictiva a los impresionantes resultados obtenidos por la investigación psicodélica. Nos faltaba un modelo teórico global que explicara los efectos de la terapia psicodélica en el cerebro más allá del nivel de las estructuras y los receptores – hasta ahora.
Rebus y el cerebro anárquico
Robin Carhart-Harris y Karl Friston, dos destacados neurocientíficos de Inglaterra, han intentado formular un modelo global de este tipo, integrando sus propias teorías del cerebro entrópico5 y el principio de la energía libre6 en el marco de la codificación predictiva.1 Denominan a este modelo “RElaxed Beliefs Under pSychedelics and the anarchic brain”, o REBUS para abreviar.7 Esta entrada del blog comenzará esbozando los principales fundamentos teóricos de este modelo, para luego conectar estos conceptos con el fin de dar una descripción del modelo REBUS que nos permita formular algunas consideraciones y pensamientos críticos.
Los componentes básicos
Codificación Predictiva Jerárquica
En la introducción indiqué que nuestra visión del cerebro está cambiando, a saber: De ser “máquinas” de interpretación a serlas de predicción. Los científicos suelen utilizar analogías de máquinas -en particular de ordenadores- para representar la función cuando hablan de diferentes partes del cuerpo. Está claro que los cerebros no son “máquinas”, sobre todo no son triviales. Pero incluso para algo tan complejo como el cerebro, la analogía tiene sentido heurístico: Las neuronas, sencillamente, están “encendidas” o “apagadas”. Las máquinas suelen basarse en las matemáticas, así que ¿cómo traducir la biología del cerebro a un lenguaje tan abstracto? En otras palabras, ¿qué significa ver “metódicamente” el cerebro como una máquina de predicción?
Cuanto más aprendemos sobre el cerebro, más nos damos cuenta de que nuestra realidad percibida se construye a partir de la estimación y el error, basado en las señales percibidas (input).3 La codificación predictiva es exactamente eso: A medida que envejecemos, nos familiarizamos más con el funcionamiento del mundo y adquirimos una mayor certeza relativa de que acontecimientos específicos tienen resultados específicos que son constantes a lo largo del tiempo. Tras años de “recopilación de datos” y formación de modelos, nuestro cerebro genera constantemente modelos explicativos sobre el input esperado, prediciendo las causas y los orígenes de nuestro entorno y nuestras experiencias y comparándolos con el input real. Los modelos de orden superior son lo que podemos llamar nuestras “visiones del mundo” o “creencias”, y se actualizan de forma bayesiana8 en función de la medida de nuestra sorpresa cuando ocurre algo inesperado.
En modelos matemáticos de actividad cerebral, la sorpresa se conceptualiza como un error de predicción, es decir, la diferencia entre lo que el cerebro predijo que ocurriría y la información sensorial que entra. El aspecto jerárquico es que este proceso de predicción ocurre simultáneamente en múltiples “niveles” de la organización cerebral. Durante la formación y comprobación del modelo en los distintos niveles corticales, las creencias o predicciones de nivel superior (o top-down9) pueden influir en nuestras percepciones bottom-up9 explicando o racionalizando parte de la sorpresa experimentada (también conocida como error de predicción).
Es importante señalar que los modelos existentes tienen un cierto “peso”, que podría reformularse como su fuerza o certeza. Cuanto mayor sea el peso de la creencia, más probable será que pueda descartar cualquier sorpresa. Por ejemplo, la mayoría de la gente está familiarizada con el efecto “silla con ropa”: En su habitación oscura, por una fracción de segundo, su silla puede parecer una persona de pie en el cuarto. Al cabo de un momento, esta percepción vuelve instantáneamente a ser sólo una silla con ropa. Este cambio instantáneo es una codificación predictiva jerárquica en funcionamiento: Su córtex de orden superior le dice a su sistema de percepción que debe estar equivocado. El error de predicción entrante se descarta, actualizando su percepción con el conocimiento existente de lo que realmente hay en su habitación.
El Principio De La Energía Libre
Friston amplió la teoría de la codificación predictiva con la hipótesis de que los organismos intentan reducir la cantidad de incertidumbre o sorpresa, denominada aquí energía libre, que experimentan a lo largo de la vida.6 Dado que un organismo biológico puede cambiar el input que recibe actuando sobre su entorno, es posible evitar estados en los que pueda experimentar dicha incertidumbre o sorpresa. Dicha incertidumbre obligaría al organismo a cambiar sus modelos sobre el mundo, y prefiere evitarlo porque actualizar los modelos es una labor energéticamente costosa e incómoda. Aplicado a los humanos, una persona puede limitarse a un entorno que sea lo más congruente posible con las creencias que tiene sobre el mundo, evitando así grandes sorpresas (o, para volver a relacionarlo con la codificación predictiva, el error de predicción). Obsérvese que esta limitación puede ser externa, pero también interna, por ejemplo, cambiando la narrativa.
La Hipótesis Del Cerebro Entrópico
Carhart-Harris, basándose en los datos de su investigación con psilocibina, propuso una teoría sobre cómo se relacionan los diferentes estados de conciencia. Su idea era que la calidad experimentada de la experiencia subjetiva -o la riqueza de información- está directamente relacionada con la medida de la entropía en el cerebro.5 En pocas palabras, la entropía es la medida de la actividad aleatoria o el desorden. Aplicada al cerebro, hay que mencionar que éste muestra tanto actividad sincrónica como aleatoria o asincrónica. Siguiendo esta noción básica de sincronía y asincronía, la medida de la entropía cerebral es el grado de imprevisibilidad de la actividad del cerebro, es decir, la cantidad de actividad aleatoria o espontánea que tiene.
En resumen, la hipótesis del cerebro entrópico de Carhart-Harris afirma que los estados de conciencia rígidos, como la depresión y el trastorno obsesivo-compulsivo, que se definen parcialmente por los bucles de pensamiento rígidos y la rumiación, se encuentran en el extremo inferior del espectro de la entropía cerebral. Los estados vibrantes de conciencia, como la psicosis temprana y el estado psicodélico, se encuentran en el extremo superior del espectro. Por ejemplo, para poder pensar en una estrategia para afrontar un nuevo problema, se requiere cierto pensamiento creativo y la capacidad de pensar fuera del marco de referencia normal. Si el cerebro careciera completamente de entropía, sería difícil tener un pensamiento original más allá de lo que ya existe para resolver el nuevo problema. Sin embargo, en el otro extremo del espectro, un cerebro máximamente entrópico no tendría cohesión de pensamiento, lo que imposibilitaría actuar constructivamente sobre todas las ideas creativas y extrañas que flotan en la mente.
La hipótesis de Carhart-Harris es que el cerebro humano adulto normalmente disminuye su medida de entropía, alejándose de un punto conocido como criticidad,11 hacia la subcriticidad. La criticidad puede verse como el “equilibrio perfecto” entre el orden y el desorden en el cerebro en el que el procesamiento de la información es de máxima eficacia, exactamente el punto entre los dos ejemplos citados anteriormente. Utilizando datos obtenidos de participantes en ensayos con psilocibina, Carhart-Harris demuestra que los psicodélicos tienen el potencial de cerebro desde la subcriticidad a un estado más cercano a la criticidad auténtica.5,11,12
Recapitulación
En resumen, la codificación predictiva jerárquica explica cómo las creencias de orden superior pueden, dependiendo de su “peso”, modular o restringir la interpretación de los datos sensoriales. Además, según el principio de la energía libre, los organismos tratan de minimizar su incertidumbre subjetiva, actuando sobre su entorno para minimizar aún más su energía libre (es decir, la exposición a la incertidumbre) durante su vida. Por último, la hipótesis del cerebro entrópico de Carhart-Harris indica que la entropía neuronal está directamente relacionada con la “riqueza” de la experiencia subjetiva, y que los psicodélicos aumentan la entropía, acercando el cerebro a la criticidad.
Construir con lo básico
Entonces, ¿cómo encaja todo esto? Carhart-Harris y Friston proponen que un mecanismo neuronal clave al que la terapia psicodélica debe su efecto terapéutico es el debilitamiento de las creencias de orden superior.4 Al aumentar la entropía y, por tanto, estimular el pensamiento creativo, los patrones de pensamiento arraigados se debilitan y el cerebro es capaz de comunicarse más libremente entre sí mismo, dejando que fluya más información. De este modo, el principio de la energía libre se rompe temporalmente; las personas se liberan de su visión del mundo de bajo consumo energético. Así, la visión del mundo puede “reponderarse” para encontrar un nuevo punto óptimo a partir del cual operar, en lugar de limitarse a un modelo predictivo demasiado rígido.
Imaginemos que una persona experimenta un acontecimiento traumático violento durante su juventud. El shock es tan profundo que la creencia de que “las personas son intrínsecamente buenas” queda destruida. A partir de entonces, la nueva creencia de que “la gente suele tener malas intenciones” se convierte en un principio rector. Pasan los años y esta creencia se refuerza cada vez más porque cualquier evidencia contraria se descarta, pues otro gran cambio en la visión del mundo sería demasiado exigente. A menudo, la creencia también se confirma. A los 45 años, la persona se da cuenta de que es difícil acercarse a la gente y entablar relaciones, ya que la desconfianza en los demás se ha afianzado tanto que bloquea el camino. Al darse cuenta de ello, la persona intenta trabajar en ello, pero como está arraigada en un acontecimiento de la infancia y en años de “práctica”, esto resulta difícil.
Este ejemplo ilustra varios de los conceptos mencionados. El modelo de codificación predictiva jerárquica describe la repentina actualización de las creencias tras el suceso traumático. Durante los años posteriores, el principio de la energía libre actúa, eliminando la incertidumbre sobre quién es “bueno” y quién es “malo” para emplear una estrategia de eficiencia energética (a corto plazo), es decir, categorizar a todos como malos. Con el tiempo -volviendo a la codificación predictiva- esta creencia se hace más fuerte e incluso empieza a descartar las cosas positivas que hace la gente. ¿Y ahora qué?
Ahora entra en juego la terapia psicodélica. Por la acción que propone sobre los sistemas de creencias de orden superior y la rigidez general de la mente, nuestra persona es capaz de “dar un paso atrás” y observar esta creencia y sus fundamentos desde una perspectiva distante; desde un estado alterado de conciencia. En su estado debilitado, la creencia puede actualizarse o, mejor dicho, “re-ponderarse”. Es como si los dedos de un padre sobreprotector se soltaran porque sus miedos se han apaciguado. La creencia se ha relajado bajo el efecto de los psicodélicos, dando la oportunidad de considerar otras creencias y de que entre en la conciencia otra información perceptual, sin la estricta compresión y control de la creencia debilitante.
Los relatos de los pacientes pueden proporcionar buenos ejemplos del mundo real. Después del tratamiento con psilocibina durante uno de los estudios del propio Carhart-Harris, una persona dijo:12
“Me sentí mucho más ligera, como si algo se hubiera liberado, fue una purga emocional, el peso y la ansiedad y la depresión se habían disipado”.
Nótese la descripción de la “liberación”, y casualmente del “peso”. Cuando se ve a la luz del REBUS, esto se corresponde bastante bien al peso debilitado de una creencia limitante.
Una revisión crítica
Intuitivamente, el modelo parece ciertamente convincente. Sin embargo, aún es joven y habrá que ver si supera la prueba de la ciencia empírica. Utilizo intencionadamente el término “intuitivamente”, ya que el modelo en sí conlleva bastante más argumentación neurobiológica, mientras que los vínculos entre las estructuras biológicas y la mente son en cierto grado especulativos. Los argumentos tienen una ligera tendencia a basarse en cómo “tendrían sentido” en lugar de en pruebas científicas concretas. Además, dado que el REBUS se presenta como un modelo global y unificado para la función cerebral y los estados mentales, la pretensión de que explique todos los cambios y fenómenos que se producen en la personalidad y la psiquiatría es bastante atrevida – y demasiado general. Sin embargo, esto es algo que hay que apreciar, ya que el modelo es el primero de su tipo y está destinado a servir a un propósito científico específico que invita a los intentos de falsificación.
El modelo reconoce el hecho de que el vínculo entre los cambios cognitivos/heurísticos a gran escala (por ejemplo, los cambios de personalidad o en las opiniones políticas) debe tener algunas bases biológicas, pero que éstas no se han dilucidado hasta ahora. Este hecho, en sí mismo, quizá demuestre que el modelo es un punto de partida y no un modelo exhaustivo de lo que ocurre exactamente en el cerebro en relación con la mente, tanto desde una perspectiva experiencial como, simultáneamente, neurobiológica.
Queda por ver qué méritos tendrá el modelo para orientar la investigación y la práctica. Sin duda, es emocionante ver cómo se utilizan las principales teorías neurobiológicas para explicar los posibles mecanismos de la terapia psicodélica. Una cantidad cada vez mayor de pruebas científicas sugiere que los psicodélicos pueden ser instrumentos eficaces que, si se aplican adecuadamente en un entorno terapéutico controlado, pueden ayudar a tratar numerosas psicopatologías y facilitar el desarrollo personal. Por lo tanto, un modelo unificador que pueda estructurar e informar las vías de investigación científica es un valioso activo en el campo académico actual.
Siendo REBUS el primero de estos modelos unificadores, y habiendo salido a la luz hace sólo unos meses, es de esperar la reacción de otros centros de investigación neurobiológica de primera línea. ¿Cómo apoyará o hará avanzar un modelo teórico a los psicoterapeutas que tienen que trabajar con individuos que sufren problemas muy distintos (y no sólo generales)? ¿Tiene valor este modelo para entenderse a sí mismo, o para el autoconocimiento? Si aplicamos este marco a la sociedad en general, ¿cuáles son las implicaciones?
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